La crisis económica hace mella en los divorcios, echando por tierra las tesis de aquellos que vaticinaban un incremento descomunal de rupturas con la entrada en vigor del divorcio exprés. El año pasado, la cifra de matrimonios disueltos no alcanzó los 119.000, un 13,5% menos que en el 2007, año en el que comenzaron a notarse los primeros efectos de la recesión y en el que ya se registró un 5,76% menos de rupturas (divorcios, separaciones y nulidades, aunque estas últimas son marginales) que en los doce meses anteriores, según los datos extraídos del último informe sobre esta materia realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las causas de este descenso (12,5% los divorcios y un 24,4% las separaciones) habría que buscarlas, principalmente, en la caída de los precios de la vivienda, señala la abogada de familia, María Carrión, opinión que comparten los letrados consultados por este periódico. Muchos de los que en este año se han planteado romper su relación se han encontrado con el problema de que la vivienda familiar no se vende (la venta ha caído en torno a un 30%) y, en los pocos casos en los que se han producido ofertas, siempre han sido por unos precios mucho más bajos de los que preveía la pareja (el descenso se cifra en alrededor de un 20% de media).
A esto hay que sumar, señala Carrión, el aumento del paro y la inseguridad que la crisis ha generado en la mayoría de los trabajadores respecto a la posibilidad de mantener en su puesto de trabajo en el futuro inmediato. "Muchas parejas han optado por mantener su relación, a la espera de que la situación económica cambie. Unidos pueden capear la crisis, pero separados saben que no pueden hacerse cargo de las hipotecas, de las pensiones alimenticias o de los alquileres de los pisos", señala la letrada.
Según los datos que se extraen del informe del INE, la mayoría de las rupturas se produce entre los 40 y los 49 años. En concreto, la edad media de las mujeres que en el 2008 disolvieron su matrimonio fue de 41,7 años y de 44,2 años en el caso de los varones. En el 2007, la edad media fue algo inferior: 43,8 años para los hombres y 41,2 las mujeres. La duración media del matrimonio fue de 15,6 años, igual que el año anterior (15,4 en el casos de los divorcios, 19,1 años. en las separaciones y 9,3 en las anulaciones). El 88,2% de las disoluciones matrimoniales tuvo lugar entre cónyuges de nacionalidad española.
La mayoría de los matrimonios disueltos (54%) en el 2008 tenía hijos menores de edad, de ellos, el 31% sólo tenía uno. En el 57% de las rupturas se asignó una pensión alimenticia: de ellas, en el 90% de los casos el pago de la pensión le correspondió al padre, en el 4,2% de los casos a la madre y en el 6% a ambos cónyuges.
En cuanto a la custodia de los hijos, en el 86% esta fue otorgada a la madre, el 4% al padre y casi el 10% fue compartida por ambos cónyuges. Estas cifras son muy similares a las registradas en el 2007.
En cuanto a quien presentó la demanda de ruptura, la mayoría (44%) fue de manera conjunta. Cuando no hubo acuerdo, fue la mujer (33,7%) la que dio el paso de solicitar la disolución matrimonial (LA VANGUARDIA, viernes, 18 de septiembre de 2009).